Un método habitual para eliminar una lesión de la vejiga es la resección endoscópica. El médico especialista en urología introduce una cámara flexible en la vejiga a través de la uretra, lo que puede hacerse con o sin anestesia. El urólogo utilizará la cámara para identificar y eliminar cualquier tejido anormal en el tracto urinario del cuerpo.
Este procedimiento se puede hacer acompañado de una fulguración endoscópica de la lesión de la vejiga. Para ello, se aplican choques eléctricos para eliminar el tejido anormal y, así, sanar la afección. Suele ser un procedimiento ambulatorio que dura unos 30 minutos y no requiere hospitalización ni anestesia.