Los especialistas en urología se encargan de tratar una amplia gama de afecciones relacionadas con el sistema urinario y genital. En urología, los médicos se enfocan en identificar, diagnosticar y tratar problemas que afectan los riñones, uréteres, próstata y genitales masculinos. En el ámbito de la urología femenina, estos especialistas también manejan problemas como:
Cálculos renales
Infecciones urinarias
Incontinencia
Prolapso de la vejiga
Cáncer en los riñones o la vejiga
Algunas de estas afecciones pueden ser temporales, mientras que otras pueden persistir a lo largo del tiempo.
A continuación se detallan algunas de las condiciones que justifican una consulta con un urólogo, especialista en urología:
Infecciones del tracto urinario:
En urología, se abordan infecciones que a menudo se originan en la uretra debido a la presencia de bacterias provenientes de la piel o el recto. Estas infecciones pueden afectar cualquier parte del sistema urinario, desde los riñones hasta la vejiga. La cistitis, que es la infección de la vejiga, es particularmente común en la práctica de la urología.
Pérdida de control urinario:
También conocida como incontinencia urinaria, es un problema frecuente tratado en urología. Esta condición puede causar incomodidad y vergüenza, variando desde la pérdida ocasional de orina al toser o estornudar, hasta una necesidad urgente de orinar que puede impedir llegar al baño a tiempo.
Cálculos urinarios:
En urología, los cálculos son depósitos duros de minerales y sales en los riñones que pueden formarse en cualquier parte del tracto urinario. Se producen cuando la orina se concentra demasiado, permitiendo que los minerales se cristalicen y formen piedras que pueden crecer con el tiempo, causando síntomas.
Inflamación renal (pielonefritis):
En el ámbito de la urología, esta condición surge cuando una infección del tracto urinario se extiende desde la uretra o la vejiga hasta los riñones. Los síntomas incluyen fiebre, dolor en la espalda o los costados y una necesidad frecuente de orinar.
Inflamación del prepucio y del glande (balanitis):
Más frecuente en hombres no circuncidados, la balanitis puede ser provocada por infecciones, enfermedades de la piel, higiene deficiente, diabetes descontrolada o el uso de productos de higiene agresivos, y se trata dentro de la urología.
Sangre en la orina (hematuria):
En urología, la hematuria se clasifica en macroscópica, cuando la sangre es visible a simple vista, y microscópica, cuando sólo se detecta mediante un análisis microscópico de la orina.
Aumento benigno de la próstata (hiperplasia benigna de próstata):
En urología, este crecimiento no canceroso de la próstata causa obstrucción en la uretra, generando dificultades para vaciar la vejiga. Es una condición común relacionada con la edad.
Inflamación de la próstata (prostatitis):
Generalmente causada por infecciones, lesiones o trastornos del sistema inmunológico, la prostatitis se presenta en hombres jóvenes con síntomas como dolor en la ingle, dificultad para orinar y, en algunos casos, síntomas similares a los de la gripe, y es abordada por los especialistas en urología.
Inflamación de la uretra (uretritis):
Causada comúnmente por bacterias transmitidas sexualmente, la uretritis se manifiesta con dolor o ardor al orinar y secreciones purulentas del pene, y su tratamiento corresponde al área de la urología.
Acumulación de orina en los riñones (hidronefrosis):
En urología, esta condición se produce cuando hay una obstrucción en el flujo de orina, lo que lleva a la dilatación de la pelvis renal y los cálices.
Enfermedades transmitidas sexualmente:
Estas infecciones, provocadas por bacterias, virus o parásitos, se transmiten a través de relaciones sexuales. Incluyen Clamidia, Herpes genital, Gonorrea, VIH, Virus del papiloma humano, Sífilis y Tricomoniasis, cada una con características y tratamientos específicos en la urología.
Cáncer en el sistema urinario:
En la urología, existen diversos tipos de cáncer dependiendo del órgano afectado, como el cáncer de próstata, pene, testículo, uretra o vejiga. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida y el pronóstico.
Trastornos sexuales masculinos:
Incluyen problemas como disfunción eréctil e irregularidades en la eyaculación, que son abordados por los urólogos.
Problemas benignos del escroto:
Estos incluyen hidrocele (acumulación de líquido en el testículo), varicocele (dilatación de las venas en el testículo), fimosis (estrechez del prepucio que dificulta su retracción), hipospadias (apertura anormal de la uretra en el pene), enfermedad de Peyronie (formación de tejido cicatricial en el pene que causa erecciones curvadas y dolorosas) y priapismo (erección prolongada y dolorosa del pene), todos tratados en urología.
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